Cantos de Eva nace con la misión de contribuir al movimiento de replanteamiento y adaptación de las narrativas menstruales contemporáneas para la educación y atención de la salud sexual y reproductiva. De esta forma, la idea y los alcances de la salud menstrual se convierte en uno de los pilares que mantenemos en constante observación, reflexión y diálogo.

Salud menstrual es un concepto actualmente posicionado en las agendas políticas nacionales y discursos internacionales, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es un tema que transversa los objetivos número 3 (salud y bienestar), 4 (Educación de calidad), 5 (Igualdad de género), 6 (Agua limpia y saneamiento), 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), 9 (reducción de las desigualdades) y 17 (alianzas para lograr los objetivos). ¿Qué sucedió como sociedad para que nuestra ciclicidad virase de ser un fenómeno fundamentalmente íntimo y familiar a ser colectivo e institucional? o tal vez debemos ir más atrás en el tiempo y preguntarnos ¿Qué sucedió como sociedad para que un fenómeno social, económico, cultural y ambiental se limitase al espectro intimo y familiar?

En nuestro acompañar observamos como la vivencia menstrual esta íntimamente relacionada la biografía, es diferente menstruar en el mundo rural que en el mundo urbano, o vivir la ciclicidad bajo las obligaciones institucionales (escolares, laborales) que bajo las necesidades del cuerpo, tampoco es lo mismo menstruar si eres una persona violentada, de calle o estas presa. La realidad de cada contexto cambia, no solo de persona a persona en el mismo tiempo, también entre generaciones.

En el mundo hispano, es común que muchas de nosotras tengamos abuelas, o bisabuelas que gestaron entre 6 y 10 veces la vida, dato sencillo que muestra una diferencia entre la vivencia menstrual de nuestras abuelas y la nuestra, que tenemos entre 1 y 3 hijos. Nuestras abuelas entre gestar, parir, lactar tuvieron menos periodos de ovulación – sagrado que la mayoría de nosotras, si aún tienes oportunidad habla con tus abuelas sobre menstruación, pregúntales ¿Cómo la vivieron? ¿Cuántas veces sangraban al año? ¿Qué usaban para recolectar su sangrado? ¿Quién le hablaba de menstruación?

El concepto, en el sentido colectivo, está en desarrollo, lo estamos actualizando, las necesidades menstruales han cambiado radicalmente en dos generaciones. Como Cantos de Eva, en los últimos veinte años han nacido más iniciativas de base que brindamos atención y educación, a través de esta praxis vamos dando forma al abordaje, los límites y alcance de la salud menstrual. La llegada de las carpas rojas, la expansión de los círculos de mujeres, los dispositivos reutilizables para recolección de sangrado son pretexto para encuentros de mujeres centrados en compartir saberes relacionados a nuestra ciclicidad, autocuidado, sanación, apoyo mutuo. Si puedes, pregunta también a tus abuelas si ellas tuvieron acceso a grupos de mujeres con la finalidad de compartir saberes sobre salud menstrual.

En el sentido individual, el ciclo menstrual es el eje vertebrador de nuestra salud durante toda la etapa fértil, acceder a toda la información que nos brinda de nuestro estado de salud como hábito de prevención, implica tener acceso oportuno a información y formación que nos permita desarrollar las capacidades, habilidades y prácticas de autocuidado. La forma de vivir nuestra ciclicidad es personal, cada narrativa y experiencia es valiosa en si misma y permite ampliar la mirada. Ahora, pregúntate a ti ¿Cómo vives tu ciclo menstrual? ¿Conoces en cada momento en qué fase de tu ciclo estás? ¿Reconoces cuales son tus necesidades físicas, emocionales y mentales en cada fase de tu ciclo? ¿Organizas tu vida considerando los momentos óptimos de cada fase?

Conoce nuestras propuestas de acompañamiento a la salud menstrual